purísima gratitud, purísima gratuidad

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Cuando Conce, la madre (siempre en el fondo), va a iniciar la novena que la acerca a su fiesta y a su cumpleaños, nosotros iniciamos el ingreso hospitalario como novenario particular, a medias entre el avance de la ciencia y la gratuidad de la fe. Así ha sido siempre la magia de nuestro milagro cotidiano.

Y nos ha emocionado que el jesuita Juan Masiá Clavel, desde Japón, nos dedique su reflexión sobre el 8 de Diciembre.


Su blog (Vivir y pensar en la frontera) es un oasis de reflexión y hermenéutica sobre las cuestiones más candentes en bioética, genética o ciencia.

El artículo completo está aquí. Su fe, como la nuestra, en saber entonar un magnificat. Gracias.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace días, quizá semanas, en una tarde perezosa, me dediqué a recorrer espacios virtuales, fui navegando lentamente a la deriva, haciendo paradas en lo puertos más atractivos y abandonándolos al ver lo inhóspitos que eran. Llegué hasta vosotros, a vuestro puerto, y me sentí acogida. Desde entonces no he dejado de pasar un solo día.
Me he colado entre vosotros como una intrusa con la única intención de aprender el verdadero sentido de vivir.
Hay tantas personas en el mundo cuyos caminos nunca se cruzarán que me siento afortunada por haber dejado de ir en paralelo.
Espero que la estancia en el Hospital transcurra lo mejor posible y que volváis, pronto y bien, a casa con Gregorio David, una verdadera expresión de amor.

Un abrazo.

F. Bastelo dijo...

gratis lo recibimos y gratis lo pasamos.